Empezó a tener los síntomas parecidos a los de una gripe común: temperaturas altas, incluso fiebre; pulso acelerado, sudores frios y temblores. Su madre lo llevó al hospital y allí le dijeron que lo que tenía no era gripe, sino sepsis. Esta infección se iba extendiendo por todo su cuerpo a través de la sangre sin que él pudiera darse cuenta.
Pasó cuatro días en observación y le dijeron que tenía "suerte de estar vivo". Y es que Luke tenía líneas rojas por todo el cuerpo, un signo común de que se está propagando una infección, y una temperatura extremadamente alta. La sepsis es una complicación que se desarrolla después de una infección. El sistema inmunitario del cuerpo comienza a funcionar a toda marcha, lo que puede provocar un suministro sanguíneo reducido a los órganos.
Si no se trata a tiempo, puede provocar insuficiencia orgánica múltiple y finalmente la muerte. Y es que mordisquearse las uñas y la piel que las rodea puede causar una enfermedad grave, por muy raro que pueda parecernos. "Quitar la piel alrededor de las uñas puede dejar heridas abiertas que pueden infectarse rápidamente", afirma una farmacéutica consultada por el diario Mirror. Y es que alrededor del 20-30% de la población se muerde las uñas con regularidad.
20minutos.es
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